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2006-11-21

Invitación oficial mexicana pone en un dilema a Cuba

Silvio Rodriguez, cantautor favorable a la dictadura cubanaNC.- El gobierno de México invitó "oficial y formalmente" al de Cuba para que "las más altas autoridades" de la isla asistan a la transmisión del mando presidencial el próximo 1º de diciembre, informó hoy al diario La jornada el embajador mexicano, José Ignacio Piña.

Hasta la fecha el dictador cubano, Fidel Castro, ha asistido a la toma de posesión de los últimos tres presidentes mexicanos, Carlos Salinas (1988), Ernesto Zedillo (1994) y Vicente Fox (2000). Aún se especula de si Castro aparecerá en los homenajes que le celebrarán a partir del próximo 28 de noviembre hasta el 1 de diciembre, por lo que se descarta, con casi total seguridad su asistencia a la capital mexicana.

Piña dijo que hasta hoy no había informes sobre quién asistirá en nombre del gobierno cubano a la toma de posesión de Felipe Calderón. "Quiero suponer que en los próximos días se tomará una decisión."

La dictadura cubana ha alentado, de diversas maneras, las dudas sobre la legitimidad de las pasadas elecciones mexicanas, donde el ex candidato amigo de Fidel Castro, Andrés Manuel López Obrador, aún no ha reconocido su derrota. Confirma este apoyo al candidato perdedor, el envío a la capital mexicana del cantante oficialista de la dictadura, Silvio Rodríguez, para apoyar la proclamación de “presidente legítimo” al candidato que salió derrotado.

Silvio Rodríguez intervino ayer con una breve actuación, tres canciones -porque la lluvia le impidió continuar- en el céntrico Zócalo capitalino, luego de que le fuera impuesta la banda presidencial, marcada con un águila bordada al centro, a López Obrador por la senadora Rosario Ibarra y recibiera el "título" que lo identifica como "mandatario legítimo".

Si el régimen de La Habana envía una representación a la toma de Felipe Calderón, indiscutido ganador de las elecciones mexicanas, estaría reconociendo explícitamente que su amigo, el Sr. López Obrador no tiene la razón. Y si deja de enviar una representación, se interpretaría como que Cuba no reconoce al nuevo presidente mexicano, pudiendo dañar seriamente las futuras relaciones entre los dos países. Un dilema del que saldrá mal parada, en cualquiera de las “opciones”, la dictadura cubana.

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